Cuando Taylorsville Country Club abrió sus puertas en 1984, fue el debut de otra joya del golf del arquitecto Clarence Riley “Buck” Blankenship.

Originario de Somerset, Blankenship fue miembro de la PGA durante mucho tiempo y construyó un legado como diseñador de campos de golf (más de 35 campos de golf en su haber, principalmente en Kentucky), propietario/operador de campos de golf y promotor del juego. Cuando era adolescente, su padre, un aparcero, trasladó con su familia de Kentucky a California en busca de trabajo. El “granjero” Buck consiguió un trabajo en el personal de jardinería del exclusivo Hillcrest Country Club en Beverly Hills y pasó los siguientes 21 años trabajando allí, hasta convertirse finalmente en superintendente del campo. Aunque tenía un buen trabajo en California, Buck regresó a Kentucky en 1944. Compró una pequeña granja en las afueras de Hustonville.